miércoles, 24 de junio de 2015

El Chilam Balam 5 parte (poco a poco)


Poco a Poco 


uántos serían sus amaneceres, no lo sé, 


Pero eran pocos. 


Era hombre ya, pero impoluto. 


Era viril, y virgen. 


De gran familia y de gran linaje era. 


Pero había traicionado. 


Único en juventud y en hermosura, 


Futuro sumo sacerdote, iba a ser iniciado. 


Pero el veleidoso dios del amor lo desvarió. 


Y confió nuestros secretos a oídos livianos. 


Y ahora está fijo en la estela. 


Mira su cuerpo azul a punto de romperse, 


Mira qué fácil su valor forma uno con la piedra; 


No habría ni qué atarlo, no se iría. 


Mira cómo mira a su muerte, poco a poco. 


Poco a poco, ya viene el pedernal 


A penetrar su carne. 


Poco a poco, cuchillo, 


Poco a poco, flechas... 


Poco a poco... 


Dicen que al dios le gusta ver sufrir. A mí no. 


He cumplido mi misión y ya me voy. 


Este pueblo que un día fue de miel y leche 


Hoy lo es de sangre. 


"Me voy" 


Así habló Kukulkán, el de la mirada blanca, 


El que hacía llorar arrepentido a un hombre con sólo mirarlo. 


Con su palo de peregrino empezó a andar, 


Hacia Tulum. 


A la orilla del mar puso su pie sobre una piedra, 


Dijo a sus seguidores: 


- "Hasta aquí llegan ustedes; 


Quédense, a construir un templo 


Yo sigo. Yo sé a dónde voy" 


Y siguió. Poco a poco, hacia el Oriente, se alejó. 


Un manto gris cubrió, poco a poco, las aguas, 


Y el dios del Trueno se levantó. 


En el tope de la pirámide sagrada, 


Allí en Chichén, 


Tutul-Xiu, frente a su augur, 


Lloraba. 


La rueda de la katunes dio un doblez más. 


Y en las entrañas de las piedras gimieron las almas de los 


muertos: 


- "Chichén-Itzá, ¡ay, Chichén-Itzá!

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